Hace años, cuando estaba en la universidad, escribía muchísimos
artículos. Ahora, por falta de tiempo, mi capacidad de producción ha
menguado muchísimo. Por suerte, de vez en cuando encuentro algún que
otro viejo artículo que todavía no ha visto la luz, ideal para
actualizar este blog sin tener que calentarme la cabeza. Dicho esto,
aquí tenéis un artículo que escribí pensando que sería incluido en algún número de la edición española de Savage Dragon.
Quienes hayáis venido siguiendo esta serie de manera habitual habréis podido comprobar la facilidad con la que nuestro protagonista se topa con un sinfín de personajes de otros autores o editoriales independientes: Wildstar, Madman, Invencible, Firebreather... Erik Larsen ha hecho de Savage Dragon su serie fetiche y el principal exponente de los ideales que los fundadores de Image Comics predicaban a principios de los 90. Mientras que sus colegas han ido dejando paulatinamente sus creaciones en manos de otros autores, Larsen ha sido fiel a su cita mensual con la esta serie creando todo un universo superheroico y el hogar de decenas de personajes que, como Dragon, son propiedad de su autor y no de una editorial. Tal vez el mejor ejemplo de esto fue el The Savage Dragon # 41 (septiembre de 1997), capítulo centrado en la esperada boda entre Barbaric y Ricochet y que contaba con un auténtico aluvión de invitados: las exuberantes muchachas de Fem Force (serie publicada por EC Comics que contó brevemente con nuestro compatriota Pedro Angosto como guionista), Vampirella, los WildC.A.T.S, Cerebus, los DNAgents (personajes creados por Mark Evanier en la década de los ochenta) y muchos otros que no quisieron perderse tal evento.
En los inicios de Image una de las constantes entre sus
autores era intentar dar una sensación de universo compartido al estilo de Marvel o DC. Así pues era normal que Overlord pudiese mencionar a Cyberdata
(una organización creada por Marc
Silvestri para la serie Cyberforce)
o que durante la Segunda Guerra Mundial Superpatriot combatiese a los nazis
junto a Supreme, Glory u otros personajes perpetrados por Rob Liefeld. Con el paso del tiempo este universo se fragmentaría
en pequeñas parcelas por la voluntad de sus autores de dirigir sus series con
total libertad y sin que entorpecieran a las del resto. Esta división se vio
agravada con la polémica salida de Liefeld
de Image que le llevaría a fundar su
propia editorial en la que continuar con las aventuras de sus superhéroes. Esto
no ha impedido que Larsen y Liefeld mantengan una buena relación y
que en las páginas de Savage Dragon aún
se puedan encontrar referencias a los Youngblood, un grupo de héroes controlado
por el gobierno de los Estados Unidos. Muestra de ello fue el Savage Dragon # 83 (enero de 2001) en el
que Dragon se las veía con Badrock, el rocoso miembro de este equipo. De igual
forma éste se dejó caer en El día del
juicio (publicado en español por Aleta
Ediciones), un cómic firmado por Alan
Moore en el que un miembro de Youngblood era asesinado. Siguiendo con este
caso no podemos dejar de destacar la aparición de Special Operations Strike, el
grupo de superhéroes liderado por nuestro intrépido héroe que venía a
reemplazar a Youngblood tras su disolución en la continuidad del Universo
Image.
No menos llamativas fueron las
apariciones del cuarteto adiestrado por el maestro Splinter, las Tortugas
Ninja, en The Savage Dragon # 2
(julio de 1993) o el encuentro en el Infierno con Spawn en The Savage Dragon # 30 (agosto de 1996) que se vería correspondido
ese mismo mes en la colección de aquel personaje. A todos ellos podemos sumar
otros como The Maxx o Hellboy, lo que no hace sino demostrar la habilidad de Erik Larsen para que le presten a
personajes que, sin copar los principales puestos en los ránkings de ventas, se
han hecho un hueco en el corazoncito de los lectores y que han encontrado en esta
colección una segunda casa. Y bien por Dragon que no grita aquello de “¡Dragon
aplastar estúpidos humanos! ¡Dejad a Dragon solo!”. Mal lo tendría con Larsen.
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