Tengo que reconocer que leyendo este comic me he sentido un poco chafado. La ideal inicial -la llegada de una tremenda bola de luz que concede poderes a los niños aun no nacidos-, correteaba por mi cabeza desde hacía tiempo y ver cómo acontencía en este comic ha sido como "¿ein? ¡Eso es mío!". Supongo que no era algo tan original como para que no hubiera dos personas en el mundo que la pensaran. Yo mismo también había pensado en alguna ocasión en un reality show de superhéroes... y eso mismo es lo que nos encontramos en este comic, un escenario que, sin ir más lejos, vi el otro día en la película Los juegos de hambre. A la vista de esto, podemos plantearnos que America's Got Powers tal vez no es el colmo de la originalidad. Pero ey, la idea funciona, ¿así que qué más da?
En America's Got Powers más que superhéroes, lo que tenemos son chavales con poderes que son comercializados en forma de juguetes y que protagonizan un violento reality show en el que tienen que superar todo tipo de pruebas, desde enfrentarse entre sí o contra unos robots denominados "paladines". La sociedad, anestesiada por los medios de comunicación, percibe todo ese espectáculo como algo corriente, consume sus productos y no le importa toda la violencia que se produce.
Entre los protagonistas tenemos a Tommy, uno de los chicos que nació el día el día de la gran luz pero que, misteriosamente, no tiene habilidades especiales de ningún tipo. Él es el Peter Parker de esta historia, siendo conocido como "Zero" en un divetido juego de palabras entre "hero" y "zero". Todo esto no quita que es un tipo honrado y valiente, como demuestra cuando se produce un incidente que cambia su vida para siempre.
Por último, todo este juego de superhéroes está controlado por varios personajes en las sombras, entre los cuales hay fuertes disensiones en la dirección que se debe llevar. Este enfrentamiento de poderes apenas es presentado en este primer número, pero es de suponer que tendrá más importancia en los siguientes.