El primer número de Near Death me gustado, pero desde luego es un comic atípico por varias razones. Para empezar, nos encontramos con una historia que se cuenta de principio a fin en este comic, o sea, que no se extiende durante varios números como consecuencia del 'descompressive storytelling' tan habitual hoy en día. Por esto, la historia avanza rápidamente y no nos encontramos con las típicas viñetas que crean "atmósfera", como en los comics de Brian Michael Bendis u otros autores.
Otra razón para ser considerado un comic un tanto diferente es que no se abusa de la violencia explícita... y eso que teniendo un asesino como protagonista, es fácil caer en la tentación de mostrarla. Se podría decir que es un comic fácil de digerir, ya que no hay secuencias macabras o brutales como las que podemos encontrar en los cómics de The Walking Dead (Los muertos vivientes) u otros.
Por último, Near Death me recuerda un poco a los cómics de la editorial italiana Bonelli, especialmente a Dylan Dog. Visualmente, es un comic con un diseño muy tradicional y sin alardes creativos. Y cuál es mi sorpresa al saber que el dibujante es Simone Guglielmini, precisamente un artista italiano, por lo que mis sospechas eran acertadas.
Por cierto, la edición en grapa incluye una sección de correo titulada Death certificates -en este primer número se muestran bocetos de Markham- y la columna de opinión Under the influence de Faerber, además del habitual checklist con las novedades de Image y la sección The third degree. Vengo a decir esto porque es de agradecer que Faerber le de un poco más de contenido al comic, cosa que no suele pasar en otros.
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